En diez años, con tesón, constancia, amor al teatro y sin abandonar la línea que en un principio se marcó, se ha consolidado nuestro Festival como uno de los mejores en su modalidad: el mejor teatro del Medieval y del Siglo de Oro.
A lo largo de estos años han pasado las compañías teatrales más relevantes, las propuestas dramáticas más innovadoras, las adaptaciones y versiones más valientes y arriesgadas, las puestas en escena más impresionantes y bellas; y en fin todo aquello que se ha considerado necesario para una renovación inteligente de los clásicos.
En unos escenarios naturales, testigos mudos de historias reales, convertidas ahora en representaciones teatrales, y cuyo estado de conservación y belleza sorprende a propios y extraños, se representan comedias, dramas y tragicomedias, acompañados a veces por danzas sempiternas y músicas ancestrales que en ocasiones van acompañadas de sabrosas viandas de la tierra. Su celebración cada año contribuye de manera considerable, junto a otros eventos similares, a que la ciudad de Cáceres siga siendo referente importante y obligado para el mundo de la cultura en nuestro país y, cada vez más, en toda Europa.
El casco histórico de la ciudad -declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad- adquiere vida propia gracias a los sabios consejos de Cervantes, las sátiras llenas de intención de Quevedo, la lírica histórica de Lope de Vega, los pícaros enredos de Tirso de Molina, los autos sacramentales de Calderón de la Barca, las comedias del arte de Goldoni o los dramas románticos de Shakespeare. Todos los autores del Siglo de Oro se asientan en la ciudad monumental al comienzo del periodo estival y nos trasladan a un pasado de caballeros y almenas, de princesas y cortesanos; con sus problemas y sus fiestas, su moral y sus vicios, sus amores y su vida cotidiana. Un espectáculo en suma, que congrega sabiduría, historia, belleza y diversión. Apuntemos al menos uno de sus méritos: ha despertado el interés por los clásicos en un tiempo donde la opinión popular e incluso los buenos aficionados les habían vuelto la espalda. El Festival ha de continuar un camino que ya parece consolidado, y en el que no cabe sino avanzar.
Así es y así ha sido el Festival de Teatro Clásico de Cáceres en estos diez años, y así será durante los próximos
años cuando todos seamos un poco más viejos, un poco más clásicos.