Originalísimas marionetas de gran tamaño presentan este cuento que cautiva desde el primer momento a todos
los niños. La luz negra en las marionetas producen un efecto de encantamiento del que nadie puede escapar.
Un derroche de fantasía y la complicidad de los pequeños espectadores hacen de esta obra una auténtica delicia.
Un cuento prodigioso (nada peligroso) para un público ingenioso (que no presuntuoso).