Treinta años han transcurrido ya desde la primera edición mundial de un festival WOMAD. Todo surgió en el año 1982 gracias al músico y productor Peter Gabriel quien, junto a un reducido número de amigos íntimos, tomaron la acertada decisión -aunque también arriesgada en aquel momento- de crear un festival donde se dieran cita los ritmos y músicas de todo el planeta. La razón que les motivó la explica el propio Gabriel, quien asegura que querían “estimular a la gente a buscar más allá de sus limitaciones”.
El término WOMAD proviene de un acrónimo inglés, “Mundo de músicas, artes y danzas”, pero en realidad se ha introducido en nuestros diccionarios particulares como un sinónimo de la palabra “tolerancia”. Porque WOMAD es, sin duda, una fiesta de colores múltiples, un estallido de sonidos seductores, un abrazo colectivo en el que nadie pregunta al vecino de dónde proviene, cuál es el color de su piel, cómo reza o a quién ama. WOMAD es libertad.
Después de treinta ediciones WOMAD sigue siendo un próspero festival internacional que ha alcanzado una audiencia de alrededor de un millón de personas en, al menos, 160 países, acercando a su público más de 2000 artistas internacionales, la mayoría de ellas estrellas mundiales que pasaran a la historia mundial de las músicas del mundo. Es por ello que el éxito y la longevidad de muchos de los eventos WOMAD en todo el planeta confirman que la música es, sin lugar a dudas, un lenguaje universal.
El 20 aniversario del WOMAD Cáceres celebrado en mayo del pasado 2011 reunió a miles de seguidores en las calles y plazas de la ciudad durante sus jornadas festivas. Veinte años que se cumplen ya desde que WOMAD, el festival de las músicas y las artes multiculturales, mezclara para siempre su espíritu inquieto y mestizo con la naturaleza abierta y acogedora de estas tierras cacereñas.
En veinte ediciones han sucedido infinidad de cosas: alrededor de unas 400 horas de espléndida música en directo, cientos de artistas emergentes y consagrados, más de 60 formaciones extremeñas en escena, docenas de talleres y encuentros gastronómicos, lecciones de danzas llegadas desde latitudes remotas... Pero lo que ninguna estadística podrá nunca capturar es el poso de lo vivido y experimentado, el recuerdo indeleble de tantas gentes descubiertas, emociones compartidas y noches que habríamos soñado con prolongar hasta el infinito.
Ninguna otra ciudad del mundo, salvo la británica, puede presumir de tantos WOMAD a sus espaldas como Cáceres. Enorgullezcámonos, pues, de habernos erigido en capital internacional de la música, la tolerancia y el ingenio. Y dispongámonos a disfrutar, un año más, con esa sensación incomparable de la emoción en la boca del estómago. Es por eso que, la organización WOMAD, desea que la ciudad de Cáceres siga acogiendo muchas más ediciones del festival, permitiendo así que WOMAD no deje nunca de cumplir años.